7 en esto se le acercó una mujer que llevaba un frasco de alabastro lleno de un perfume muy caro. Mientras Jesús estaba a la mesa, ella le derramó el perfume sobre la cabeza.
8 Los discípulos, al verlo, se enojaron y comenzaron a decir:—¿Por qué se desperdicia esto?
9 Pudo haberse vendido por mucho dinero, para ayudar a los pobres.
10 Jesús lo oyó, y les dijo:—¿Por qué molestan a esta mujer? Ha hecho una obra buena conmigo.
11 Pues a los pobres los tendrán siempre entre ustedes, pero a mí no siempre me van a tener.
12 Lo que ha hecho esta mujer, al derramar el perfume sobre mi cuerpo, es prepararme para mi entierro.
13 Les aseguro que en cualquier lugar del mundo donde se anuncie esta buena noticia, se hablará también de lo que hizo esta mujer, y así será recordada.