49 Pero los otros dijeron:—Déjalo, a ver si Elías viene a salvarlo.
50 Jesús dio otra vez un fuerte grito, y murió.
51 En aquel momento el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. La tierra tembló, las rocas se partieron
52 y los sepulcros se abrieron; y hasta muchas personas santas, que habían muerto, volvieron a la vida.
53 Entonces salieron de sus tumbas, después de la resurrección de Jesús, y entraron en la santa ciudad de Jerusalén, donde mucha gente los vio.
54 Cuando el capitán y los que estaban con él vigilando a Jesús vieron el terremoto y todo lo que estaba pasando, se llenaron de miedo y dijeron:—¡De veras este hombre era Hijo de Dios!
55 Estaban allí, mirando de lejos, muchas mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea y que lo habían ayudado.