3 Además preparó hierro en abundancia para los clavos de las puertas y para las grapas; también una inmensa cantidad de bronce,
4 y madera de cedro en cantidad incalculable, porque los habitantes de Sidón y de Tiro le habían traído mucha madera de cedro.
5 David pensaba: “Mi hijo Salomón es todavía un muchacho de tierna edad, y el templo que hay que construir para el Señor tiene que ser el más grande, famoso y bello de todo el mundo; así que se lo dejaré todo preparado.”Por eso, David hizo grandes preparativos antes de morir.
6 Luego llamó a su hijo Salomón y le encargó que construyera el templo del Señor, Dios de Israel,
7 diciéndole: “Hijo mío, yo tenía el propósito de construir un templo para el Señor mi Dios.
8 Pero el Señor me ha dicho: ‘He visto que tú has derramado mucha sangre y has hecho muchas guerras; por eso no eres tú quien va a construirme un templo.
9 Pero tendrás un hijo que será un hombre pacífico. Además yo haré que sus enemigos de alrededor le dejen en paz. Por eso se llamará Salomón. En su tiempo concederé paz y tranquilidad a Israel.