1 Reyes 20:30-36 DHHE

30 El resto del ejército huyó a la ciudad de Afec, pero la muralla de la ciudad cayó sobre los veintisiete mil hombres que habían logrado escapar. Ben-hadad también huyó, y llegó a la ciudad y se escondió de habitación en habitación.

31 Entonces sus oficiales le dijeron:–Hemos sabido que los reyes israelitas cumplen los tratos que hacen; así que pongámonos ropas ásperas y una soga en el cuello, y vayamos ante el rey de Israel, a ver si nos perdona la vida.

32 Entonces se pusieron ropas ásperas y una soga en el cuello, y presentándose ante el rey de Israel le dijeron:–Ben-hadad ruega a Su Majestad que le perdone la vida.Ahab respondió:–¿Vive todavía? ¡Para mí es como un hermano!

33 A los hombres les pareció esto una buena señal, y tomándole la palabra contestaron en seguida:–¡Ben-hadad es hermano de Su Majestad!–¡Pues id a traerle! –contestó Ahab.Entonces Ben-hadad se presentó ante Ahab, y Ahab le hizo subir en su carro.

34 Luego Ben-hadad le dijo:–Te devolveré las ciudades que mi padre quitó al tuyo, y tú puedes hacer negocios en Damasco, como mi padre los hacía en Samaria.–Yo, por mi parte, me comprometo a dejarte ir –contestó Ahab.De este modo, Ahab hizo un pacto con Ben-hadad y le dejó que se fuera.

35 Entonces, un hombre que pertenecía al grupo de los profetas pidió a un compañero suyo, por orden del Señor:–¡Hiéreme, por favor!Pero el otro no quiso hacerlo.

36 Entonces el profeta le dijo:–Por no haber hecho caso a la orden del Señor, un león te atacará cuando te separes de mí.En efecto, en cuanto el otro se separó del profeta, un león le salió al encuentro y lo mató.