20 Así Ana quedó embarazada, y cuando se cumplió el tiempo dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, porque se lo había pedido al Señor.
21 Luego fue Elcaná con toda su familia a Siló, para cumplir su promesa y ofrecer el sacrificio anual;
22 pero Ana no fue, sino que dijo a su marido:–No iré hasta que destete al niño. Entonces lo llevaré para dedicárselo al Señor y que se quede allá para siempre.
23 Elcaná, su marido, le respondió:–Haz lo que mejor te parezca. Quédate hasta que lo hayas destetado. Y que el Señor cumpla su promesa.Así que ella se quedó, y crió a su hijo hasta que lo destetó.
24 Y cuando le quitó el pecho, y siendo todavía él un niño pequeño, lo llevó consigo al templo del Señor en Siló. También llevó tres becerros, veintidós litros de trigo y un odre de vino.
25 Entonces sacrificaron un becerro y presentaron el niño a Elí.
26 Ana le dijo:–Perdona, señor, pero tan cierto como que tú vives es que yo soy aquella mujer que estuvo orando al Señor aquí, cerca de ti.