4 Saúl mandó llamar al pueblo y le pasó revista en Telaím. Eran doscientos mil hombres de infantería y diez mil hombres de Judá.
5 Después Saúl se dirigió a la capital de Amalec y tomó posiciones junto al arroyo,
6 y dijo a los quenitas:–¡Apartaos! ¡Salid de en medio de los amalecitas, para que no os destruya junto con ellos; pues vosotros os portasteis bien con los israelitas cuando venían de Egipto!Los quenitas se apartaron de los amalecitas.
7 Entonces Saúl atacó a los amalecitas desde Havilá hasta la entrada de Sur, que está en la frontera de Egipto, y los derrotó;
8 tomó prisionero a Agag, su rey, y mató a filo de espada a todo su ejército.
9 Sin embargo, Saúl y su ejército dejaron con vida a Agag, y no mataron las mejores ovejas, ni los toros, ni los becerros más gordos, ni los carneros, ni destruyeron las cosas de valor, aunque sí destruyeron todo lo que era inútil y de poco valor.
10 Luego el Señor habló a Samuel y le dijo: