8 Entonces Jesé llamó a Abinadab y se lo presentó a Samuel, pero Samuel comentó:–Tampoco a este ha escogido el Señor.
9 Luego Jesé le presentó a Samá, pero Samuel dijo:–Tampoco ha escogido a este.
10 Jesé presentó a Samuel siete de sus hijos, pero Samuel tuvo que decirle que a ninguno de ellos lo había elegido el Señor.
11 Finalmente le preguntó:–¿No tienes más hijos?–Falta el pequeño, que está cuidando el rebaño –respondió Jesé.–Manda a buscarlo –dijo Samuel–, porque no comenzaremos la ceremonia hasta que él llegue.
12 Jesé lo mandó llamar. Era un muchacho de piel sonrosada, agradable y bien parecido.Entonces el Señor dijo a Samuel:–Este es. Levántate y conságralo como rey.
13 En seguida Samuel tomó el cuerno del aceite, y en presencia de sus hermanos consagró como rey al joven, que se llamaba David. A partir de aquel momento, el espíritu del Señor se apoderó de él. Después Samuel se despidió y se fue a Ramá.
14 Entre tanto, el espíritu del Señor se había apartado de Saúl, y un espíritu maligno enviado por el Señor le atormentaba.