27 Ellos respondieron lo mismo que antes habían dicho acerca de lo que darían a quien matara a Goliat.
28 Pero Eliab, el hermano mayor de David, que le había oído hablar con aquellos hombres, se enfureció con él y le dijo:–¿A qué has venido aquí? ¿Con quién dejaste esas pocas ovejas que están en el desierto? Yo conozco tu atrevimiento y tus malas intenciones, que solamente has venido para ver la batalla.
29 –Pero ¿qué he hecho ahora –contestó David–, si apenas he hablado?
30 Luego se apartó de su hermano, y al preguntarle a otro, recibió la misma respuesta.
31 Algunos que oyeron las preguntas de David, fueron a contárselo a Saúl, y este lo mandó llamar.
32 Entonces David dijo a Saúl:–Nadie debe desanimarse por culpa de ese filisteo, porque yo, un servidor de Su Majestad, iré a pelear contra él.
33 –No puedes ir tú solo a luchar contra ese filisteo –contestó Saúl–, porque aún eres muy joven. En cambio, él es hombre de guerra desde su juventud.