8 Todos vosotros habéis conspirado contra mí, pues nadie me ha dicho que mi hijo había hecho un pacto con el hijo de Jesé. Ninguno de vosotros se ha preocupado por mí: ninguno me ha dicho que mi hijo ha puesto en contra mía a mi ayudante, para que me tienda emboscadas, como hace ahora.
9 Doeg, el edomita, que se encontraba entre los oficiales de Saúl, respondió con estas palabras:–Yo vi al hijo de Jesé cuando fue a Nob para entrevistarse con Ahimélec, el hijo de Ahitub.
10 Ahimélec consultó al Señor acerca de David, y le entregó provisiones y la espada de Goliat el filisteo.
11 Entonces el rey mandó llamar al sacerdote Ahimélec y a todos los sacerdotes de Nob, que eran parientes suyos. Y cuando todos llegaron ante el rey,
12 Saúl dijo a Ahimélec:–Escúchame bien, hijo de Ahitub.–Estoy a disposición de Su Majestad –contestó Ahimélec.
13 Saúl le preguntó:–¿Por qué tú y el hijo de Jesé habéis conspirado contra mí? Tú le has dado pan y una espada, y has consultado a Dios acerca de David, para que se ponga en contra mía y me tienda emboscadas, como hace ahora.
14 Ahimélec contestó al rey:–¿Quién entre todos los oficiales de Su Majestad es tan fiel como David, que además es yerno de Su Majestad y jefe de la guardia real, y tan digno de honra en palacio?