21 Saúl respondió:–¡Pero si yo soy de la tribu de Benjamín, la más pequeña de las tribus de Israel! Además, mi familia es la más insignificante de todas las familias de la tribu de Benjamín. ¿Por qué me dices todo eso?
22 Entonces Samuel tomó a Saúl y a su criado, los llevó a la sala y les ofreció el lugar principal entre los presentes, que eran unas treinta personas.
23 Luego Samuel dijo al cocinero:–Trae la ración de carne que te entregué y que te dije que apartaras.
24 Inmediatamente el cocinero sacó una pierna entera y se la sirvió a Saúl. Y Samuel le dijo:–Ahí tienes lo que estaba apartado para ti. Sírvete y come, porque yo la había apartado para ti en esta ocasión en que invité al pueblo.Saúl comió con Samuel aquel día.
25 Y cuando bajaron del santuario a la ciudad, prepararon en la azotea una cama para Saúl,
26 y Saúl se acostó. Al día siguiente, Samuel llamó a Saúl, que estaba en la azotea, y le dijo:–Levántate y sigue tu viaje.Saúl se levantó. Después salieron él y Samuel a la calle,
27 y cuando bajaban hacia las afueras de la ciudad, Samuel dijo a Saúl:–Manda al criado que se adelante, y tú espera un poco, que tengo que comunicarte lo que Dios me ha dicho.