9 preguntándoles:–¿Qué me aconsejáis que responda yo a esta gente que me ha pedido que aligere el yugo que mi padre les impuso?
10 Aquellos jóvenes, que se habían criado con él, le respondieron:–A la gente que te ha pedido que aligeres el yugo que tu padre les impuso, debes responderles lo siguiente: ‘Si mi padre fue duro, yo lo seré mucho más;
11 si él os impuso un yugo pesado, yo lo haré más pesado todavía; y si él os azotaba con correas, yo os azotaré con látigos de puntas de hierro.’
12 Al tercer día volvió Jeroboam a presentarse con todo el pueblo ante Roboam, como el rey les había dicho.
13 Pero el rey Roboam les contestó duramente, sin hacer caso del consejo de los ancianos,
14 y les repitió lo que le habían aconsejado los muchachos: que si su padre les había impuesto un yugo pesado, él les impondría otro más pesado todavía, y que si su padre los había azotado con correas, él los azotaría con látigos de puntas de hierro.
15 El rey, pues, no hizo caso del pueblo, porque el Señor había dispuesto que sucediera así para que se cumpliera lo que el Señor había prometido a Jeroboam, hijo de Nabat, por medio de Ahías el de Siló.