33 Sin embargo, los santuarios en lugares altos no fueron quitados, pues el pueblo todavía no estaba firme en su propósito de seguir al Dios de sus antepasados.
34 El resto de su historia, desde el comienzo hasta el fin, está escrito en las crónicas de Jehú, hijo de Hananí, y está incluido en el libro de los reyes de Israel.
35 Más tarde, Josafat, rey de Judá, se alió con Ocozías, rey de Israel, que se comportaba perversamente.
36 Se hizo su socio para construir barcos para ir a Tarsis, y los construyeron en Esión-guéber.
37 Entonces Eliézer de Maresá, hijo de Dodavahu, pronunció contra Josafat esta profecía: “El Señor va a hacer pedazos lo que tú has hecho, por haberte asociado con Ocozías.” Y, en efecto, los barcos se hicieron pedazos y ya no pudieron ir a Tarsis.