3 Joiadá lo casó con dos esposas, de las que Joás tuvo hijos e hijas.
4 Algún tiempo después, Joás se propuso reparar el templo del Señor,
5 para lo cual reunió a los sacerdotes y a los levitas, y les dijo: “Salid por las ciudades de Judá y recoged dinero de todos los israelitas, para reparar cada año el templo de Dios. Daos prisa en este asunto.” Pero los levitas no se dieron prisa.
6 Entonces el rey llamó al sumo sacerdote Joiadá y le dijo:–¿Por qué no has procurado que los levitas traigan de Judá y Jerusalén la contribución que Moisés, siervo del Señor, y la comunidad de Israel ordenaron recoger para la tienda del pacto?
7 Porque Atalía, que era la maldad misma, y sus seguidores, habían penetrado en el templo de Dios y habían tomado para el culto de sus ídolos todos los objetos del templo del Señor.
8 Entonces el rey mandó hacer un arca que colocaron junto a la puerta del templo del Señor, por fuera.
9 Luego anunciaron por todo Judá y Jerusalén que se debía llevar al Señor la contribución que Moisés, el siervo del Señor, había ordenado a Israel en el desierto.