24 Por aquel tiempo cayó Ezequías gravemente enfermo. Y oró al Señor, que le contestó por medio de una señal milagrosa.
25 Pero a pesar del beneficio que había recibido, Ezequías no fue agradecido, sino que se llenó de orgullo, por lo cual el Señor se enojó con él y también con Judá y Jerusalén.
26 No obstante su orgullo, Ezequías se humilló delante de Dios, y lo mismo hicieron los habitantes de Jerusalén; y el Señor no descargó su ira sobre ellos en vida de Ezequías.
27 Ezequías gozó de grandes riquezas y honores, y llegó a acumular grandes cantidades de plata, oro, piedras preciosas, perfumes, escudos y toda clase de objetos valiosos.
28 Construyó también almacenes para guardar los cereales, el vino y el aceite, establos para toda clase de ganado y rediles para los rebaños.
29 Además hizo construir ciudades, y tuvo mucho ganado mayor y menor, pues Dios le concedió muchísimos bienes.
30 Ezequías fue también quien mandó cegar la salida del agua por la parte de arriba del manantial de Guihón, y la canalizó hacia abajo, hacia el lado occidental de la Ciudad de David. Así que Ezequías tuvo éxito en todo lo que emprendió.