3 Esto ocurrió con Judá porque el Señor así lo dispuso, para apartarla de su presencia por todos los pecados que Manasés había cometido
4 y también por la sangre inocente que había derramado y con la cual había llenado Jerusalén. Por eso el Señor no quiso perdonar más.
5 El resto de la historia de Joacim y de todo lo que hizo está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá.
6 Cuando murió, reinó en su lugar su hijo Joaquín.
7 Desde entonces, el rey de Egipto no salió más de su país, porque el rey de Babilonia había conquistado todas sus posesiones, desde el arroyo de Egipto hasta el río Éufrates.
8 Joaquín tenía dieciocho años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén tres meses. Su madre se llamaba Nehustá, hija de Elnatán, y era de Jerusalén.
9 Pero sus hechos fueron malos a los ojos del Señor, igual que los de su padre.