20 Entonces su hermano Absalón le preguntó:–¿Así que fue tu hermano Amnón quien te hizo esto? En tal caso guarda silencio, hermana mía, pues es tu hermano. No te preocupes demasiado por este asunto.Tamar, al verse abandonada, se quedó en casa de su hermano Absalón.
21 Cuando el rey David se enteró de todo lo sucedido, se puso muy furioso; pero no reprendió a su hijo Amnón, porque, como era su primogénito, lo quería mucho.
22 Absalón, por su parte, no dijo nada a Amnón, aunque lo odiaba por haber deshonrado a su hermana Tamar.
23 Dos años después, la gente de Absalón estaba trasquilando sus ovejas en Baal-hasor, cerca del pueblo de Efraín, y Absalón invitó a comer a todos los hijos del rey.
24 Además fue a ver al rey, y le dijo:–Ahora que mis hombres están trasquilando mis ovejas, desearía que Su Majestad y sus oficiales honraran con su compañía a este siervo suyo.
25 Pero el rey le respondió:–No, hijo mío, no podemos ir todos nosotros, para no ocasionarte demasiados gastos.Y aunque Absalón insistió, el rey no quiso ir; pero le dio su bendición.
26 Entonces Absalón dijo:–Si eso no es posible, permita al menos Su Majestad que nos acompañe mi hermano Amnón.–¿Y por qué quieres que te acompañe Amnón? –preguntó el rey.