14 Sebá pasó por todas las tribus de Israel hasta Abel-bet-maacá, y todos los descendientes de Bicrí se reunieron y entraron tras él en la ciudad.
15 Cuando los hombres de Joab llegaron a Abel-bet-maacá, construyeron una rampa sobre la muralla exterior, para atacar la ciudad, y luego entre todos trataron de derribar la muralla.
16 De pronto, una mujer muy astuta gritó desde la muralla de la ciudad:–¡Escuchadme! ¡Escuchadme, por favor! ¡Decid de mi parte a Joab que se acerque, porque quiero hablar con él!
17 Cuando Joab se acercó, la mujer le preguntó:–¿Tú eres Joab?–Yo soy Joab –respondió él.Ella dijo:–Escucha las palabras de esta sierva tuya.–Te escucho –contestó él.
18 Entonces ella comenzó a decir:–Antiguamente decían: ‘Quien quiera saber algo, que pregunte en Abel.’ Y así se solucionaba el asunto.
19 Nuestra ciudad es una de las más pacíficas y fieles de Israel, ¡una de la más importantes! Sin embargo, tú estás tratando de destruirla. ¿Por qué quieres destruir lo que pertenece al Señor?
20 Joab le contestó:–¡Eso ni pensarlo! No es mi intención destruirla ni dejarla en ruinas.