7 Por eso os mando que apartéis tres ciudades;
8 y cuando el Señor vuestro Dios ensanche vuestro territorio y os dé toda la tierra, tal como lo prometió a vuestros antepasados,
9 entonces añadiréis otras tres ciudades de refugio a las tres que ya teníais (siempre y cuando pongáis en práctica estos mandamientos que hoy os doy, o sea, que améis al Señor vuestro Dios y sigáis siempre sus caminos).
10 De esta manera no se derramará sangre inocente dentro de este país que el Señor vuestro Dios os da en propiedad, ni caerá sobre vosotros la responsabilidad de ninguna muerte.
11 “Pero si un hombre es enemigo de otro, y le sigue los pasos, y llegada la ocasión se lanza sobre él y lo mata, y huye después a una de las ciudades de refugio,
12 entonces los ancianos de su ciudad darán la orden de arrestarle y entregarle en manos del pariente más cercano del muerto, para que sea condenado a muerte.
13 No tengáis compasión de él, y así evitaréis que se derrame sangre inocente en Israel. Entonces todas las cosas os saldrán bien.