8 “Después los jefes se dirigirán de nuevo al ejército, y dirán: ‘Si alguno tiene miedo y le falta valor, que se vuelva a su casa, para que no acobarde también a sus compañeros.’
9 Y cuando los jefes hayan terminado de hablar, los capitanes se pondrán a la cabeza del ejército.
10 “Cuando os acerquéis a una ciudad para atacarla, primero le propondréis la paz.
11 Si los habitantes de la ciudad aceptan la paz y os dejan entrar, entonces todos ellos os servirán como esclavos en trabajos forzados.
12 Pero si no hacen la paz con vosotros, sino que os declaran la guerra, rodearéis la ciudad y la atacaréis.
13 El Señor vuestro Dios la hará caer en vuestro poder, y mataréis a filo de espada a todos sus habitantes.
14 Las mujeres, los niños, el ganado y todo lo que haya en la ciudad será para vosotros; podréis disfrutar de todo lo que el Señor vuestro Dios os permita tomar del enemigo.