8 Ahora os autorizo a escribir, en mi nombre, lo que mejor os parezca a favor de los judíos. ¡Y sellad las cartas con el sello real!(Un escrito firmado en nombre del rey y sellado con su sello, no se puede derogar.)
9 Los secretarios del rey fueron llamados inmediatamente. Era el día veintitrés del mes tercero, o sea el de Siván, y todo lo que ordenó Mardoqueo fue escrito a los judíos, a los gobernadores regionales y provinciales y a las demás autoridades de las ciento veintisiete provincias que se extendían desde la India hasta Etiopía, en la lengua y escritura propias de cada provincia. A los judíos se les escribió también en su lengua y escritura.
10 Las cartas fueron firmadas en nombre del rey Asuero, y después de sellarlas con el sello real fueron enviadas por medio de correos que montaban veloces caballos de las caballerizas del rey.
11 En ellas, el rey autorizaba a los judíos, en cualquier ciudad donde vivieran, a reunirse para defender sus vidas, y a matar, destruir, exterminar y apoderarse de los bienes de la gente armada de cualquier pueblo o provincia que los atacase, sin respetar a mujeres ni a niños.
12 Todo esto debería hacerse en un mismo día en todas las provincias del rey Asuero; el día señalado fue el trece del mes doce, o sea el mes de Adar.
13 Una copia de la orden debía ser publicada como ley, y dada a conocer en todas las poblaciones y provincias, para que los judíos estuvieran preparados aquel día para vengarse de sus enemigos.
14 Por orden del rey, los correos partieron a toda prisa, montando en caballos de sus caballerizas; y el edicto fue publicado también en la ciudadela de Susa.