3 Y recítale a este pueblo rebelde un poema que le sirva de ejemplo. Dile de mi parte:‘Pon una olla al fuego y échale agua;
4 pon en ella pedazos de carne,buenos pedazos de pierna y de lomo,y también lo mejor de los huesos.
5 Toma luego una de las mejores ovejas,y amontona leña debajo de ellapara que hierva bien,hasta que queden cocidos los huesos.
6 ‘Porque el Señor dice:¡Ay de la ciudad asesina!Es como una olla enmohecida,de la que el moho no se quita.Saca tú, uno a uno, los pedazos de carne,hasta dejar la olla vacía.
7 La ciudad está llena de la sangre derramada,derramada no sobre la tierrapara que el polvo la cubra,sino sobre la roca desnuda.
8 Pues yo voy a dejar la sangre allí,sobre la roca desnuda,de manera que no se pueda cubrir,para que mi ira se encienday se haga justicia.
9 ‘Porque el Señor dice:¡Ay de la ciudad asesina!Yo mismo voy a hacer una hoguera.