3 Luego salió de donde estaba el cadáver de Sara y fue a decir a los hititas de aquel lugar:
4 –Aunque soy un extranjero entre vosotros, vendedme un sepulcro para enterrar a mi esposa.
5 Los hititas le contestaron:
6 –¡Por favor, señor, escúchanos! Tú eres entre nosotros un escogido de Dios. Entierra a tu esposa en el mejor de nuestros sepulcros, pues ninguno de nosotros te negará su sepulcro para eso.
7 Entonces Abraham se puso en pie, hizo una reverencia ante los hititas
8 y les dijo:–Si de veras queréis que entierre aquí a mi esposa, por favor pedid de mi parte a Efrón, el hijo de Sóhar,
9 que me venda la cueva de Macpelá, que está en el límite de sus terrenos. Yo le pagaré el precio total de la cueva, y así seré dueño de un sepulcro en este lugar.