59 Entonces dejaron ir a Rebeca y a la mujer que la había cuidado siempre, y también al siervo de Abraham y a sus compañeros.
60 Y bendijeron a Rebeca de esta manera:“Oh, hermana nuestra,¡que seas madre de muchos millones!¡Que tus descendientesconquisten las ciudades de sus enemigos!”
61 Entonces Rebeca y sus siervas montaron en los camellos y siguieron al siervo de Abraham. Así fue como el siervo tomó a Rebeca y salió de allí.
62 Isaac había vuelto del pozo llamado “El que vive y me ve”, pues vivía en la región del Négueb.
63 Había salido a dar un paseo al anochecer. En esto vio que unos camellos se acercaban.
64 Por su parte, Rebeca también miró y, al ver a Isaac, se bajó del camello
65 y preguntó al siervo:–¿Quién es ese hombre que viene por el campo hacia nosotros?–Es mi amo –contestó el siervo.Entonces ella tomó su velo y se cubrió la cara.