33 Labán entró en la tienda de campaña de Jacob, luego en la de Lía, y también en la de las dos esclavas, pero no encontró los ídolos. Cuando salió de la tienda de campaña de Lía y entró en la de Raquel,
34 esta tomó los ídolos, los metió entre la montura de un camello, y se sentó sobre ellos. Labán anduvo buscando por toda la tienda, pero no los encontró.
35 Entonces Raquel le dijo:–Padre, no te enojes si no me levanto delante de ti, pero es que hoy tengo mi periodo de menstruación.Como Labán anduvo buscando los ídolos y no los encontró,
36 Jacob se enojó y fue a reclamarle a Labán con estas palabras:–¿Qué falta cometí? ¿Cuál es mi pecado, que con tantas ansias me has perseguido?
37 Has registrado todas mis cosas, ¿y qué has encontrado de los objetos de tu casa? ¡Ponlo aquí, delante de tus parientes y de los míos, para que ellos digan quién de los dos tiene razón!
38 Durante estos veinte años que trabajé contigo, nunca abortaron tus ovejas ni tus cabras, y nunca me comí un solo carnero de tus rebaños;
39 nunca te traje los animales muertos por las fieras, sino que yo pagaba su pérdida; si de día o de noche robaban ganado, tú me lo cobrabas.