25 Pero Simeón y Leví, hijos de Jacob y hermanos de Dina, fueron a la ciudad al tercer día, cuando los hombres todavía tenían los dolores de la circuncisión, y espada en mano los mataron a todos, pues no encontraron resistencia.
26 A filo de espada mataron a Hamor y a su hijo Siquem; luego sacaron a Dina de la casa de Siquem, y se fueron.
27 Llegaron también los otros hijos de Jacob, y pasando sobre los muertos saquearon el pueblo para vengar la deshonra de su hermana.
28 Se llevaron ovejas, vacas, asnos y todo lo que había en la ciudad y en el campo;
29 robaron todo lo que había en las casas, y se llevaron prisioneros a todos los niños y mujeres.
30 Entonces Jacob dijo a Simeón y Leví:–Me habéis puesto en un aprieto. Ahora los habitantes de este lugar, los cananeos y ferezeos, me van a odiar. Se juntarán contra mí y me atacarán, y como tengo muy pocos hombres, nos matarán a mí y a mi familia.
31 Pero ellos contestaron:–¿Acaso tenía él que tratar a nuestra hermana como a una prostituta?