2 Ezequías volvió la cara a la pared, y oró así al Señor:
3 “Yo te suplico, Señor, que te acuerdes de cómo te he servido fiel y sinceramente, haciendo lo que te agrada.” Y lloró amargamente.
4 El Señor ordenó a Isaías
5 que fuera a decirle a Ezequías: “El Señor, Dios de tu antepasado David, dice: ‘Yo he escuchado tu oración y he visto tus lágrimas. Voy a darte quince años más de vida.
6 A ti y a Jerusalén os libraré del rey de Asiria. Yo protegeré esta ciudad.’ ”
21 Isaías mandó hacer una pasta de higos para aplicársela al rey en la parte enferma, y el rey sanó.
22 Entonces Ezequías preguntó a Isaías:–¿Por medio de qué señal voy a darme cuenta de que puedo ir al templo del Señor?