9 voy a llamar a todos los pueblos del norte y a mi servidor Nabucodonosor, rey de Babilonia, para que vengan y ataquen a este país, a todos sus habitantes y a todas las naciones vecinas. Los voy a destruir completamente. Los convertiré para siempre en ruinas, en algo que cause terror y espanto.
10 Voy a hacer que entre ellos no vuelvan a oirse cantos de fiesta y alegría, ni cantos de bodas, ni el sonido de las piedras de moler, ni que vuelva a verse la luz de las lámparas.
11 Todo este país quedará destruido y convertido en ruinas. Durante setenta años, estas naciones estarán sometidas al rey de Babilonia.
12 Pero luego, cuando se cumplan los setenta años, pediré cuentas de sus pecados al rey de Babilonia y a su nación, el país de los caldeos, y lo destruiré para siempre. Yo, el Señor, lo afirmo.
13 Haré caer sobre ese país todo lo que he anunciado y está escrito en este libro: todo lo que Jeremías ha dicho en mi nombre contra todas las naciones.
14 Grandes naciones y reyes poderosos los someterán también a ellos. Así les daré el pago que merecen sus acciones.’ ”
15 El Señor, el Dios de Israel, me dijo: “Mira esta copa llena del vino de mi ira. Tómala y dásela a beber a todas las naciones a las que yo te envíe.