3 Luego manda un recado a los reyes de Edom, Moab, Amón, Tiro y Sidón por medio de los mensajeros que han venido a Jerusalén a visitar al rey Sedequías.
4 Mándales que manifiesten esto a sus soberanos: Yo, el Señor todopoderoso, el Dios de Israel, digo:
5 Con gran despliegue de poder hice el mundo, y los hombres y animales que hay en él, y puedo dárselo a quien yo quiera.
6 Pues bien, yo he puesto todas estas tierras bajo el poder de mi servidor Nabucodonosor, rey de Babilonia, y hasta a los animales salvajes los he puesto bajo su dominio.
7 Todas las naciones estarán sometidas a él, a su hijo y a su nieto, hasta que también a su país le llegue el momento de estar sometido a grandes naciones y reyes poderosos.
8 Y si algunas naciones o reyes no se someten al yugo de Nabucodonosor, yo los castigaré con guerra, hambre y peste, hasta que todos queden bajo su poder. Yo, el Señor, lo afirmo.
9 “Por tanto, no hagáis caso a esos profetas, adivinos o intérpretes de sueños, ni a los hechiceros que pretenden predecir el futuro y que os aconsejan no someteros al rey de Babilonia.