14 El Señor afirma: “Llegará el día en que cumpliré las promesas de bendición que hice al pueblo de Israel y de Judá.
15 Cuando llegue ese tiempo y ese día, haré que David tenga un descendiente legítimo, que establecerá la justicia y la rectitud en el país.
16 En aquel tiempo, Judá estará a salvo y Jerusalén vivirá segura, y este es el nombre que le darán: ‘El Señor es nuestra victoria.’
17 Yo, el Señor, digo: Nunca faltará un descendiente de David que ocupe el trono de Israel,
18 ni faltarán jamás sacerdotes descendientes de Leví que todos los días me ofrezcan holocaustos, quemen ofrendas de cereales en mi honor y me dediquen otros sacrificios.”
19 El Señor se dirigió a Jeremías y le dijo:
20 “Yo, el Señor, digo: Es imposible que deje de cumplirse el pacto que he hecho con el día y con la noche, de manera que ni el día ni la noche dejen de llegar a su debido tiempo.