10 “Llorad y gemid por las montañas,entonad un lamento por las praderas,porque están quemadas y ya nadie pasa por ellas;ya no se oye el mugir del ganado,y hasta las aves y las fieras salieron huyendo.
11 “Reduciré Jerusalén a un montón de piedrasy haré de ella guarida de chacales.Asolaré las ciudades de Judáy quedarán desiertas.”
12 ¿Quién es lo bastante sabio para comprender esto? ¿A quién le ha dado a conocer el Señor estas cosas, para que él se las pueda explicar a los demás? ¿Por qué está el país en ruinas, seco como un desierto por donde nadie pasa?
13 El Señor responde: “Todo esto sucedió porque los israelitas abandonaron las instrucciones que yo les di; no me obedecieron y no las pusieron en práctica.
14 Siguieron tercamente las inclinaciones de su corazón y dieron culto a dioses falsos, como sus padres les enseñaron.
15 Por eso yo, el Señor todopoderoso, el Dios de Israel, digo: Voy a darles a comer algo muy amargo, y voy a darles a beber agua envenenada.
16 Los dispersaré entre naciones que ni ellos ni sus padres conocieron; haré que los persigan espada en mano, hasta que no quede ni uno solo.”