21 Pero el pueblo israelita regresó sano y salvo al campamento de Maquedá, donde estaba Josué. Y nadie se atrevía a hablar mal de los israelitas.
22 Entonces Josué dijo: “Destapad la entrada de la cueva y sacad a los cinco reyes.”
23 Así lo hicieron los israelitas, y sacaron de la cueva a los reyes de Jerusalén, Hebrón, Jarmut, Laquis y Eglón.
24 Cuando los trajeron ante Josué, este llamó a todos los hombres de Israel, y dijo a los jefes militares que estaban con él: “Acercaos y poned el pie sobre el cuello de estos reyes.” Ellos lo hicieron así,
25 y entonces Josué les dijo: “No tengáis miedo ni os desaniméis; al contrario, tened valor y firmeza, porque esto mismo hará el Señor con todos vuestros enemigos.”
26 Después Josué mató a los reyes y mandó que colgaran a cada uno de un árbol, y allí los dejaron hasta el atardecer.
27 Cuando ya el sol se iba a poner, mandó Josué que los bajaran de los árboles y los echaran en la misma cueva en que se habían escondido. Después taparon la entrada de la cueva con unas piedras enormes que, por cierto, todavía están allí.