1 El Señor habló a Josué y le dijo:
2 “Habla a los israelitas y diles que escojan ciudades de refugio, tal como lo ordené por medio de Moisés.
3 Si uno mata a otro accidentalmente, sin intención, puede huir a una de esas ciudades para protegerse de la venganza del pariente más cercano del muerto.
4 El que busque refugio en uno de esos lugares, llegará a la puerta de la ciudad y hará su declaración ante los ancianos de la ciudad. Entonces ellos le permitirán entrar y le darán un lugar para vivir.
5 Si el pariente más cercano del muerto le persigue, los ancianos de la ciudad no entregarán al refugiado, pues mató a su prójimo sin intención y no por tenerle odio.