13 Pero si no dais con la respuesta, cada uno de vosotros tendrá que entregarme a mí una capa de lino fino y una muda de ropa de fiesta.Ellos le contestaron:–Proponnos, pues, tu adivinanza. Somos todo oídos.
14 Sansón recitó su adivinanza:“Del que comía salió comida;del que era fuerte salió dulzura.”Tres días después, ellos no habían logrado resolver la adivinanza;
15 así que al cuarto día dijeron a la mujer de Sansón:–Procura que tu marido nos dé la solución de su adivinanza, pues de lo contrario te quemaremos a ti y a la familia de tu padre. ¡Parece que nos habéis invitado solo para quitarnos lo que es nuestro!
16 Entonces ella fue a ver a Sansón, y llorando le dijo:–¡Tú no me quieres! ¡Tú me odias! Les has propuesto una adivinanza a mis paisanos, pero a mí no me has dado a conocer la respuesta.Sansón le contestó:–Si ni a mi padre ni a mi madre se lo he dicho, mucho menos te lo voy a decir a ti.
17 Pero ella siguió llorando junto a él los siete días que duró la fiesta, y tanto le insistió que, por fin, al séptimo día, le dio la respuesta. Entonces ella fue y se la dio a conocer a sus paisanos.
18 El séptimo día, antes de ponerse el sol, los filisteos fueron a decirle a Sansón:“Nada hay más dulce que la miel;nada más fuerte que el león.”Sansón les respondió:“Tan solo porque arasteis con mi novillapudisteis conocer la respuesta.”
19 En seguida el espíritu del Señor se apoderó de Sansón; y fue Sansón a Ascalón, mató a treinta hombres de aquel lugar y con la ropa que les quitó pagó la apuesta a los que habían explicado la adivinanza. Después volvió furioso a casa de su padre;