5 “El que resulte culpable en cualquiera de estos casos, deberá confesar el pecado que cometió,
6 y presentará al Señor una hembra de sus rebaños como sacrificio por el pecado cometido; puede ser una oveja o una cabra, y con este sacrificio el sacerdote obtendrá el perdón de los pecados de esa persona.
7 “Si no tiene lo suficiente para comprar un cordero, deberá llevar al Señor dos tórtolas o dos pichones por el pecado cometido: uno de ellos como sacrificio por el pecado y el otro como holocausto.
8 Los llevará al sacerdote, el cual presentará primero el que se ofrece por el pecado, retorciéndole el cuello aunque sin arrancarle la cabeza por completo;
9 luego rociará un poco de la sangre del sacrificio por el pecado en un costado del altar, y la sangre restante la exprimirá al pie del altar, pues es sacrificio por el pecado.
10 Con el segundo hará un holocausto, según lo establecido; así el sacerdote obtendrá el perdón del pecado cometido por esa persona, y el pecado le será perdonado.
11 “Si no tiene ni siquiera para comprar dos tórtolas o dos pichones, deberá llevar como ofrenda por su pecado dos kilos de la mejor harina. No echará aceite ni pondrá incienso encima, porque es una ofrenda por el pecado.