7 Es el deber de los sacerdotes enseñar a la gente a conocerme, y todos deben acudir a ellos para recibir instrucción, porque ellos son los mensajeros del Señor todopoderoso.
8 “Pero vosotros, sacerdotes, os habéis apartado del buen camino; con vuestras enseñanzas habéis hecho caer a muchos. Así habéis pervertido mi pacto con Leví.
9 Por eso, porque no me habéis obedecido, y porque, además, cuando enseñáis a la gente no tratáis a todos por igual, yo haré que todo el pueblo os tenga por viles y os desprecie.” Lo dice el Señor todopoderoso.
10 ¿Acaso no tenemos todos un mismo Padre, que es el Dios que a todos nos ha creado? ¿Por qué, pues, nos engañamos unos a otros, violando así el pacto que hizo Dios con nuestros antepasados?
11 Judá es infiel a Dios, y se cometen acciones horribles en Jerusalén y en Israel. Judá ha violado la santidad del templo que el Señor ama, y los hombres de Judá han tomado por esposas a mujeres que adoran a dioses falsos.
12 ¡Ojalá el Señor borre de nuestra nación a quienes hacen tales cosas, sean quienes sean y aunque traigan ofrendas al Señor todopoderoso!
13 Pero vosotros hacéis aún más: inundáis de lágrimas el altar del Señor y lloráis con grandes lamentos porque el Señor ya no acepta con gusto vuestras ofrendas.