8 Recuerda la advertencia que le hiciste de que si nosotros pecábamos, nos dispersarías por todo el mundo;
9 pero que si nos volvíamos a ti y cumplíamos tus mandamientos poniéndolos en práctica, aun cuando fuéramos esparcidos hasta el último rincón del mundo, nos recogerías de allí y nos llevarías de nuevo al santo lugar que escogiste como residencia de tu nombre.
10 “Nosotros somos tus siervos y tu pueblo, que rescataste con tu gran poder y fortaleza.
11 Te ruego, pues, Señor, que atiendas a mi oración y las súplicas de tus siervos, cuyo único deseo es honrarte. Te pido también que me des éxito y despiertes hacia mí las simpatías del rey.”