11 Y os ruego también que les devolváis ahora mismo sus terrenos, viñedos, olivares y casas, y que canceléis las deudas que tienen con vosotros, sean de dinero, de grano, de vino o de aceite.”
12 Ellos respondieron: “Devolveremos todo eso y no les reclamaremos nada. Lo haremos todo tal como tú has dicho.”Entonces llamé a los sacerdotes, y en su presencia les hice jurar lo que prometieron.
13 Además me sacudí la ropa y dije: “Así sacuda Dios fuera de su casa y de sus propiedades a todo aquel que no cumpla este juramento, y así lo despoje de todo lo que ahora tiene.” Toda la multitud respondió: “Amén”, y alabaron al Señor.La gente cumplió su promesa,
14 y durante doce años, es decir, desde aquel día del año veinte en que el rey Artajerjes me nombró gobernador de la región de Judá hasta el año treinta y dos de su reinado, ni yo ni mis colaboradores hicimos uso de la pensión que me correspondía como gobernador.
15 En cambio, los gobernadores que estuvieron antes que yo fueron una carga para el pueblo, pues diariamente cobraban cuarenta monedas de plata para comida y vino. Más aún, también sus empleados oprimían al pueblo; pero yo no lo hice así, por respeto a Dios.
16 Por otra parte, cumplí con mi tarea de reconstruir la muralla de la ciudad, y no adquirí terrenos. En cuanto a mis empleados, todos ellos tomaron parte en el trabajo.
17 A mi mesa se sentaban hasta ciento cincuenta personas, tanto judíos del pueblo como funcionarios del gobierno, sin contar a los que venían a visitarnos de las naciones vecinas.