7 pero con mi siervo Moisés no lo hago así. Él es el más fiel de todos mis siervos,
8 y con él hablo cara a cara y en un lenguaje claro. Y si él me ve cara a cara, ¿cómo os atrevéis vosotros a hablar mal de él?”
9 La ira del Señor se encendió contra ellos, y se fue.
10 Y en cuanto la nube se alejó de la tienda, María se puso leprosa, con la piel toda blanca. Cuando Aarón se volvió a mirar a María y vio que estaba leprosa,
11 dijo a Moisés: “Por favor, mi señor, no nos castigues por este pecado que tontamente hemos cometido.
12 No permitas que ella quede como una criatura muerta antes de nacer, que sale con la piel medio deshecha.”
13 Entonces Moisés suplicó al Señor: “Por favor, oh Dios, te ruego que la sanes.”