2 Todos ellos comenzaron a hablar mal de Moisés y de Aarón. Decían: “¡Ojalá hubiéramos muerto en Egipto, o aquí en el desierto!
3 ¿Para qué nos trajo el Señor a este país? ¿Para morir en la guerra, y que nuestras mujeres y nuestros hijos caigan en poder del enemigo? ¡Más nos valdría regresar a Egipto!”
4 Y empezaron a decirse unos a otros: “¡Pongamos a uno como jefe y volvamos a Egipto!”
5 Moisés y Aarón se inclinaron hasta tocar el suelo con la frente delante de todo el pueblo,
6 y Josué y Caleb, que habían estado explorando el país, se rasgaron la ropa en señal de dolor
7 y dijeron a todos los israelitas:–¡La tierra que fuimos a explorar es excelente!
8 Si el Señor nos favorece, nos ayudará a entrar en esa tierra y nos la dará. Es un país donde la leche y la miel corren como el agua.