3 Decían a Moisés:–¡Ojalá hubiéramos muerto con los otros israelitas que hizo morir el Señor!
4 ¿Para qué habéis traído al pueblo del Señor a este desierto? ¿Acaso queréis que muramos nosotros y nuestro ganado?
5 ¿Para qué nos sacasteis de Egipto y nos trajisteis a este horrible lugar? Aquí no se puede sembrar nada; y no hay higueras, viñedos ni granados. ¡Ni siquiera hay agua para beber!
6 Moisés y Aarón se alejaron del pueblo y se fueron a la entrada de la tienda del encuentro, y allí se inclinaron hasta tocar el suelo con la frente. Entonces la gloria del Señor se les apareció,
7 y el Señor dijo a Moisés:
8 –Toma el bastón y, con la ayuda de tu hermano Aarón, reúne a la gente. Luego, delante de todos, ordena a la roca que les dé agua, y verás que de la roca brotará agua para que beban ellos y el ganado.
9 Moisés tomó el bastón que estaba delante del Señor, tal como él se lo ordenó;