22 Los objetos de oro, plata, bronce, hierro, estaño o plomo
23 –en una palabra, todo lo que resista al fuego–, los purificaréis poniéndolos al fuego y lavándolos con el agua de purificación. Las cosas que no resistan al fuego, las purificaréis solo con agua.
24 El séptimo día lavaréis vuestra ropa y quedaréis puros. Después podréis entrar en el campamento.
25 El Señor dijo a Moisés:
26 “Con ayuda del sacerdote Eleazar y de los jefes de familia del pueblo, haz la cuenta de la gente y de los animales arrebatados a los madianitas;
27 divídelo todo en dos partes iguales, y distribuye una parte entre los que fueron a pelear y la otra entre el resto del pueblo.
28 Recoge además una parte para mí: de lo que les toque a los soldados, tanto de la gente como de los bueyes, asnos y ovejas, tomarás uno de cada quinientos