7 Por lo tanto, hijo mío, atiéndeme,no te apartes de mis enseñanzas.
8 Aléjate de la mujer ajena;ni siquiera te acerques a la puerta de su casa,
9 para que no pierdas la riqueza de tus añosen manos de gente extraña y cruel;
10 para que ningún extraño se saciecon el fruto de tu esfuerzo y tu trabajo.
11 De lo contrario, acabarás por lamentarlocuando tu cuerpo se consuma poco a poco,
12 y dirás: “¡Cómo pude despreciar la corrección!¡Cómo pude rechazar las reprensiones!
13 ¡No quise escuchar a mis maestros;no atendí a los que me instruían,