1 “En aquel tiempo se abrirá un manantial, para que en él puedan lavar sus pecados y su impureza los descendientes de David y los habitantes de Jerusalén.
2 Y en todo este país destruiré hasta los nombres de los ídolos, para que no sigan siendo invocados. Y también quitaré del país a los profetas y a todo espíritu impuro. Yo, el Señor, doy mi palabra.
3 “Entonces, cuando alguno quiera profetizar, sus propios padres le dirán: ‘¡Tú has de morir, porque pretendes hacer pasar tus mentiras por mensajes del Señor!’ ¡Sus propios padres lo apuñalarán cuando se esté haciendo pasar por profeta!
4 En aquel tiempo, los profetas tendrán vergüenza de sus visiones cuando profeticen. Ninguno engañará poniéndose el manto de pieles de los profetas,