12 Porque la paz estará sembrada entre ellos. Las viñas darán su fruto; la tierra, sus productos; y el cielo, su rocío. Y yo daré todo eso en posesión a los que queden de este pueblo.
13 Y así como vosotros, los de Judá y los de Israel, fuisteis maldición entre las demás naciones, así yo ahora os salvaré y haré que seáis bendición. ¡No tengáis miedo! ¡Esforzaos!”
14 Esto dice el Señor todopoderoso: “Yo había decidido castigar a vuestros antepasados cuando me hicisteis enojar, y mantuve mi decisión.
15 Ahora, en cambio, he decidido hacer bien a Jerusalén y a Judá. Por lo tanto, no tengáis miedo.
16 Esto es lo que siempre debéis hacer: Decid siempre la verdad los unos a los otros, juzgad con justicia y procurad la paz en los tribunales;
17 no os hagáis daño unos a otros ni juréis en falso. Porque yo odio todo eso. Yo, el Señor, lo afirmo.”
18 El Señor todopoderoso se dirigió a mí y me dijo: