1 Se oye decir que uno de vosotros tiene como mujer a su propia madrastra. Este es un caso tan grave de inmoralidad, que ni siquiera se da entre los paganos.
2 ¡Y estáis tan llenos de orgullo, cuando deberíais estar llenos de tristeza! El hombre que vive en semejante situación debe ser expulsado de entre vosotros.
3 En cuanto a mí, aunque en el cuerpo no estoy presente entre vosotros, lo estoy en el espíritu; y, como si estuviera presente, en nombre de nuestro Señor Jesucristo he pronunciado ya mi sentencia sobre el que así actúa.
4 Cuando os reunáis, yo estaré con vosotros en espíritu, y también el poder del Señor Jesús estará con todos.
5 Entonces ese hombre deberá ser entregado a Satanás, para que se destruya lo que es puramente humano y el espíritu se salve cuando venga el Señor.