17 Pero cuando alguien se une al Señor, se hace espiritualmente uno con él.
18 Huid, pues, de la inmoralidad sexual. Ningún otro pecado afecta al cuerpo de la persona que lo comete, pero el que comete inmoralidades sexuales peca contra su propio cuerpo.
19 ¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo que Dios os ha dado, y que el Espíritu Santo vive en vosotros? No sois vosotros vuestros propios dueños,
20 porque Dios os ha comprado por un precio. Por eso debéis honrar a Dios en el cuerpo.