1 Por lo tanto, abandonad toda clase de maldad, todo engaño, hipocresía y envidia, y toda murmuración.
2 Como niños recién nacidos, buscad con ansia la leche espiritual pura, para que por medio de ella crezcáis y tengáis salvación,
3 si es que realmente os habéis percatado de que el Señor es bueno.
4 Acercaos, pues, al Señor, la piedra viva que los hombres despreciaron, pero que para Dios es piedra escogida y de mucho valor.
5 De esta manera, Dios hará de vosotros, como de piedras vivas, un templo espiritual, un sacerdocio santo que por medio de Jesucristo ofrezca sacrificios espirituales, agradables a Dios.
6 Por eso dice la Escritura:“Yo pongo en Sión una piedraque es la piedra principal,escogida y muy valiosa;quien confía en ella no quedará defraudado.”
7 Para vosotros, los creyentes, esa piedra es de mucho valor; en cambio, para los que no creen se cumple lo que dice la Escritura:“La piedra que los constructores despreciaronse ha convertido en la piedra principal.”