9 Y quiero que las mujeres se vistan decentemente, con modestia y sencillez; que se adornen, pero no con peinados exagerados ni con oro, perlas o vestidos lujosos,
10 sino con buenas obras, como deben hacerlo las mujeres que se han consagrado a Dios.
11 La mujer debe escuchar la instrucción en silencio, con toda sumisión;
12 y no permito que la mujer enseñe en público ni que domine al hombre. Quiero que permanezca callada,
13 porque Dios hizo primero a Adán y después a Eva.
14 Y Adán no fue el engañado, sino la mujer; y al ser engañada, cayó en pecado.
15 Pero la mujer se salvará si cumple sus deberes de madre, y si con buen juicio se mantiene en la fe, el amor y la santidad.