16 pensaba visitaros primero al pasar camino de Macedonia, y después, al regresar, visitaros otra vez. Así podríais ayudarme luego a seguir mi viaje a Judea.
17 ¿Será que cuando decidí hacer esto no lo pensé seriamente? ¿O creéis que yo hago mis planes con doblez, diciendo “sí” cuando es “no” y “no” cuando es “sí”?
18 Dios es testigo de que no os decimos “sí” y “no” al mismo tiempo.
19 Porque Cristo Jesús, el Hijo de Dios, a quien Silvano, Timoteo y yo predicamos entre vosotros, no es “sí” y “no” al mismo tiempo. Cristo es el “sí” de Dios,
20 pues en él se cumplen todas las promesas de Dios. Por eso, cuando alabamos a Dios decimos “Amén” por medio de Cristo Jesús.
21 Y Dios es quien a nosotros y a vosotros nos ha afirmado al unirnos a Cristo, y nos ha consagrado.
22 Nos ha marcado con su sello y ha puesto en nuestro corazón el Espíritu Santo como garantía de lo que vamos a recibir.