3 Por eso os escribí como lo hice, porque no quería ir para que me entristecierais vosotros, que más bien deberíais alegrarme. Estaba seguro de que todos haríais vuestra mi alegría;
4 pero cuando os escribí esa carta me sentía tan preocupado y afligido que hasta lloraba. Sin embargo, no la escribí para causaros tristeza, sino para haceros ver cuán grande es el amor que os profeso.
5 El que ha causado tristeza, no solo me la ha causado a mí, sino hasta cierto punto también a vosotros. Y digo “hasta cierto punto” por no exagerar.
6 El castigo que la mayoría de vosotros ha impuesto a esa persona es ya suficiente.
7 Lo que ahora debéis hacer es perdonarle y ayudarle, no sea que tanta tristeza le lleve a la desesperación.
8 Por eso os ruego que nuevamente le demostréis el amor que le profesáis.
9 Ya antes os escribí sobre este asunto, precisamente para probaros y saber si estáis dispuestos a seguir mis instrucciones.